miércoles, 25 de agosto de 2010
Construir horizontes
Es necesario hablar de los problemas sociales que aquejan a la sociedad y derribar las barreras que nos imposibilitan tomar reflexión y construir políticas solidarias para acabar con ciertos flagelos. Hoy…los estereotipos. Desde una perspectiva tradicional, las personas hemos construido nuestra imagen según estereotipos, que modelan nuestro cuerpo, nuestra personalidad, nuestra forma de sentir y nuestro perfil. Los parámetros de belleza han gobernado y se han modificado con el tiempo, estableciendo lo que es bello y lo que no lo es. Uno de los problemas sociales que más auge ha tenido en estos últimos años, es el trastorno que sufren algunas personas por intentar corresponder el estereotipo de belleza dominante. Esto trajo aparejado una serie de problemas en las conductas alimenticias, con enfermedades tales como la anorexia, la bulimia y la vigorexia, entre otras enfermedades, que costaron la vida de miles de personas, que fueron engañadas por esta imposición del cuerpo perfecto. No obstante, dentro de la sociedad se produce una resistencia por conservar lo instaurado y es en este contexto en el que los llamados diferentes, parecen ser destructores de ese conservadurismo, que atenta contra los estereotipos establecidos.
Las personas lesbianas, gays, bisexuales y trans, han sido pioneras en derribar las formas dominantes de ser y parecer. Una respuesta frecuente del resto de la sociedad ante estas formas de ser es: no son normales. Y es que entrar en el campo de lo normal, mucha veces nos lleva a pensar que aquello que esta naturalizado o establecido en una cultura corresponde a aquello que está aprobado, es decir, lo normal. Es por ello que una gran parte de las personas se sienten seguras dentro de los parámetros de aprobación, y sentir miedo hacia aquello que puede ser juzgado. A raíz de esto se han instaurado estereotipos que condicionan el ser y parecer de las personas.
Muchas veces fuimos testigos de esta imposición, desde los escarpines celestes o rosas hasta las corbatas y moños, que no son más que modeladores de sexualidad y género, que pretenden encasillar a los sujetos dentro de dos parámetros: masculino y femenino. Es así, que en muchas sociedades, aquello que se muestra andrógeno o lo suficientemente diferente como para “perturbar” la tranquilidad, es rechazado y despojándolo de todas libertades y derechos que se merece por el solo hecho de pertenecer a una sociedad.
Es preciso, desterrar del imaginario los estereotipos que nos han condicionado durante cientos de años, y que no nos permiten mostrar un ser distinto a los demás. El colectivo LGTBI ha desobedecido a esos parámetros, y ha colocando nuevos patrones, poniendo en tela de juicio los estereotipos de hombre y mujer, derribando los mitos de /normalidad/ que “atentan” contra la moral y ética de la sociedad. Es por ello que debemos apuntar a mostrar un verdadero ser que no reprima su naturaleza, a construir horizontes que se expandan para fortalecer la libertad. Los estereotipos nos invisibilizan y no nos dejan ser quienes somos. Es necesario concientizar que los estereotipos son una forma más de discriminar, y de reprimir la naturaleza humana que es tan libe como diversa.
Te esperamos este viernes a hs 20 en Alberdi 53, Galería Baccaro, piso 1, oficina 4, para debatir sobre este tema. No faltes!!!
Ricardo Beneros
Prensa y difuión de A.Lu.Di.S.
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