jueves, 24 de junio de 2010

El niño pez


Su vida muy lejos de ser un cuento de hadas, queriendo todos los días olvidarse de llorar porque todos sus compañeritos tienen un papá y una mamá, pero él no. Niño pez perdió a sus papás cuando él apenas tenía 2 años, y lo peor es que ni siquiera los recuerda. Después las cosas no mejoraron, comprendió que el mundo no estaba hecho para él y más de una vez quiso volar con sus alitas de pez; los cuentos, las películas, las canciones, la publicidad, todo hablaba de que un niño "normal" debía tener un papá y una mamá, pero él no, por eso se llamaba niño pez.
Hoy no puede amar, dice él, ya que nunca conoció el amor, sólo conoció 5 casas llenas de personas que se decían ser familia, pero que nunca lo hicieron sentir como tal. Lo más cerca que tuvo de tener una mamá fue una vez en la calle cuando una señora llena de piedad tocó su rostro y le dió un pedazo de pan.
Me pregunto si a niño pez, que se duerme todas las noches con hambre, le importaría tener dos papás o dos mamás, o un solo papá o una mamá trans, me pregunto que busca niño pez y sólo puedo responderme... Amor. Cuando niño pez junta cartones para dormir en una plaza y no sentir tanto el frío me pregunto si piensa en lo que realmente perdió, o en quienes lo abandonaron.
Es una realidad que la ley de adopción en Argentina es terrible pero niño pez sufre además de esto, que hay muchas personas que se ensañan supuestamente en su nombre, en nombre de los niños, en que miles de niños peces no encuentren una familia por el simple hecho de que una familia homoparental no es lo que perdieron, y también me pregunto si estos niños quisieran realmente encontrar lo que perdieron, muchas veces un padre alcohólico, abusador, una madre prostituta, drogadicta, y me respondo: no. Todos los niños peces lo único que buscan es amor, no importa si su familia es hetero, mono u homoparental, ni si es ensamblada, sólo quieren un hogar cálido, un patio donde jugar, una escuela donde aprender y una cama calentita en donde cada noche sus papás o sus mamás de un beso en la frente lo hagan dormir.
¿Cuánto tiempo más se van a oponer a que los niños sean felices?, ¿por qué esta gente usa sus nombres para rechazar la Ley de la Igualdad?
No se puede, bajo ningún punto de vista plantear como impedimento matrimonial que un/a niño/a pueda sufrir a futuro porque la sociedad lo va a discriminar. Eso es culpa de la sociedad, no del niñ@. Eso es problema de la gente estúpida que lo va a señalar, y el niño pez no puede responsabilizarse por esto.
Señores y señoronas conservadores admitan de una vez que su verdadero miedo es que estos niños sean felicen, como ya lo son, porque allí se derrumbaría la gran mentira de sus estúpidas biblias como hace décadas sus argumentos insostenibles vienen cayendo. Su homofobia, su odio nunca va a ser más fuerte que nuestro amor. Recuerdo una frase que la dijo un sacerdote católico homofóbico por Canal 11, al oponerse a la Ley de la Igualdad: "contra factum non argumentum" haciendo referencia a que el hombre y la mujer existen, pues claro que existimos no somos fantasmas, también somos hombres, mujeres y además están l@s intersex, y nuestras familias ya existen, nadie las inventa, sólo queremos que el Estado las reconozca, y garantize a igualdad de una vez por todas.
Senadores entiendan que los niños y las niñas no tienen la capacidad de juzgar el amor como la tienen ustedes, a ellos/as no les interesa tanto como a ustedes.

Rodrigo Teves
Prensa y Difusión de ALuDiS

1 comentario:

Ricardo Beneros dijo...

Quisiera encontrar palabras para felicitarte por derramar tanta verdad, las y los niños peces estan más que orgulosos de tener un verdadero vocero del amor.
Es inevitable la realidad, aveces recae sobre nuestros hombros y no debemos escapar ante esa responsabilidad, es por eso que debemos concientizar desde cada lugar donde nos encontremos. Todos planeamos un futuro mejor, aportemos nuestro granito de arena para sentir satisfacción en nuestros corazones. Mientras más alto levantemos la bandera de la igualdad, más personas la verán.
Un orgullo nuestro compañero Rodrigo por sus palabras tan sabias.