jueves, 8 de julio de 2010

Que así sea


Entre la sensación de que ya nada duele y ese presentimiento horrible de que algo va a suceder... Aún así la insólita esperanza de que se abra una ventana, entre tanta oscuridad. Las cartas echadas, dejamos nuestra juventud en esta lucha, nuestras vidas, nuestros trabajos, nuestras familias, y nuestros amores.
Cuantas reuniones, cuantas páginas y páginas marcadas con resaltadores, tantos sueños, nada más que esperanza. Y ahora todo depende de un grupo de representantes que no tienen convicción, que parecen no conocer el amor, o la misericordia que tanto predican; y otro grupo, que aunque minoría, se hizo escuchar con más fuerza que nunca, y el grito fue desgarrador como el grito del coronel Aureliano Buendía frente al pelotón de fusilamiento; como el de aquel poeta que nos regaló la versión más hermosa de Las Mil y Una Noches, que habría de amenazar: -Apunten, ¡disparen contra el marica!
Pareciera ser que una vez más la historia no nos ha enseñado nada, y el celoso resguardo de una institución que aunque descuidada hoy es bandera de cientos de almas engañadas que dicen: Defendamos la familia y el interés superior de nuestros niños. Niños que también son nuestros, miles de niños y niñas homosexuales que ahogados por la hipocrecía no hacen más que porfiar lo que las voces adultas repiten, como aquel rosario que una y mil veces he rezado sin entender. El gorilismo amenaza una vez más con golpear, esta vez disfrazado y no tanto, nauseabundo, igual de putrefacto que en el `76.
Bocas que alimentan miles y miles de bolsillos homosexuales, religiosamente, todos los meses, esas bocas vomitan todo su odio contra la igualdad y el avance de nuestra sociedad, esas malditas ratas que presionan con tanta fuerza que en vez de roedores parecen elefantes. Este 14 de julio es el día, el día en que Argentina decidirá si avanza un paso más o retrocede siglos atrás. Y estos fanáticos se organizan una vez más con todo el aparato que movilizan, con todo el dinero que manejan podrían acabar en pocos años con la desnutrición infantil, pero no. Lo que más les importa es esto. Orgullosos de discriminar, esta vez las iglesias no se callaron como en la Dictadura, ¿tanto odio puede una persona soportar? ¿cómo hacen para dormir tranquilos sabiendo que lo que defienden es una mentira, un engaño? Absurdas preguntas, infinitas respuestas, que por supuesto no las tengo yo.
Por más que ellos quieran no dejaran de escribirse las historias de amor más maravillosas y novelezcas, no podrán lograr que el mundo se cure de su homosexualidad, que aquellas voces que nunca fueron escuchadas griten con fuerza: ¡Basta! Las cadenas se rompieron, y aunque a mí nadie me supo explicar por qué me enamoré de un hombre, lo seguiré haciendo porque es mi vida y seguiré, y seguiremos defendiendo las vidas de miles y millones de gays, lesbianas, bisexuales y trans en todo el mundo para que no nos callemos nunca más. Los pobres corazones saben que lo pueden demorar pero ¿por cuánto tiempo más lo harán?
Llegamos aquí y aún basureados, humillados, no vamos a callarnos y dejar de pedir IGUALDAD PARA TODOS Y TODAS.
El mismo amor, los mismos derechos, con los mismos nombres.
Sí al Matrimonio Igualitario. Que así sea.

Rodrigo Teves
Prensa y Difusión de ALuDiS

2 comentarios:

Eduardo dijo...

amén!

Anónimo dijo...

un discurso muy bien hecho, creo en cada palabra que dice este texto, gracias a todos los que como tantos, deseamos una argentina y un mundo libre de discriminacion, libre de dolor... pero como ya lo dijeron muchos, la argentina dio un paso mas a la igualdad, y por estos momentos, saboreamos las pequeñas victorias, un AMEN tambien... ANTONIO CERES