viernes, 5 de noviembre de 2010

¿Orgullosos de qué?


Era una noche de invierno, Juan y Marcos esperaban el colectivo. Juan temblaba y Marcos entre un gesto de amor y un ataque de coraje puso su brazo tras la espalda de quien en ese momento era su primer amor. Ese abrazo en público en una ciudad como la nuestra fue como escupirle en la cara a la policía que pronto copó la esquina. Eran dos camionetas y un móvil policial, hicieron todo un espectáculo; ningún azul bajó, todos miraron la escena con los ojos llenos de odio. Juan le pedía a Marcos que le saque el brazo de encima porque conocía el pensamiento primitivo de aquellos espectadores, Marcos se negaba, le decía: -No estamos haciendo nada malo ¿por qué nos pueden levantar?, volvía a insistir el asustado Juan. De pronto uno de los policías bajó del móvil: -Caballeros identificaciones por favor -los jóvenes sólo tenían las tarjetas del colectivo que presentaron- no pueden estar así, por aquí pasa gente, váyanse o los vamos a tener que detener. Marcos preguntó con la voz entre cortada: -¿Por qué? Ante lo que la “autoridad” respondió: -Por eso que están haciendo, no pueden estar “tocándose” en un lugar público, vayan a algún lugar donde nadie los vea…
¿Otro planeta que los acepte habrá? ¿Estará habitado? No lo sé la verdad, lo que sí sé es que desde esa noche Juan y Marcos jamás volvieron a ser los mismos, y aquella escena, que en el instante del abrazo pintó una sonrisa de felicidad en el rostro de Juan, luego de transformó en la situación más humillante que le tocaría vivir hasta ese entonces. ¿Los chicos hicieron algo? Sí, denunciaron ante donde corresponde ¿Se hizo algo? No.
Historias como esta se repiten una y otra vez entre los relatos de los militantes del movimiento Gay-lésbico-trans; narraciones llenas de impotencia, entre quienes decidimos poner el cuerpo y decir ¡Aquí estoy, soy así! Salir del segundo closet (la sociedad) es quizás más difícil que salir del primero (la familia de origen).
¿Por qué orgullosos? ¿Acaso orgullosos de que se nos discrimine? ¿Orgullosos de los crímenes de odio? Y la contra pregunta ¿por qué no orgullosos? De desafiar la lógica dominante; de querer un mundo igualitario; orgullosos de amar, porque el sentimiento es el mismo, sólo el objeto del amor es distinto, y ni tan distinto porque es también una persona; orgullosos de nuestras familias diversas; de poder levantar la cabeza y decirles a todos y a todas que tenemos los mismos derechos. Ahora sí, que existimos, porque a este año, antes de la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario estábamos totalmente invisibilizados, éramos sólo los fantasmas de los nazis y los neo-nazis. Porque para nosotros, y para muchas otras colectividades el nazismo jamás terminó, seguimos padeciendo la persecución y el odio.
Por eso levantamos la cabeza y decimos que estamos orgullosos de ser lo que somos, manifestarnos, copar las calles, levantar una bandera, hacerlas flamear, para todos esos niños y niñas que mañana podrán habitar en una ciudad mucho mejor, quizás mi generación se termine sin ver los resultados, pero el proceso transformador iniciado no puede retroceder, aunque en una ciudad en la que todos los ámbitos de poder nos ven como la piedra en el zapato, cada vez los movimientos de insurgencia gay. Es así. Ni un paso atrás.
No marchamos sólo por el reconocimiento del colectivo de homosexuales, lesbianas, bisexuales y trans, queremos una ciudad mejor, en todos los ámbitos, marchamos:
• Contra todo tipo de discriminación.
• Por la implementación de la educación laica, pública y científica.
• Por la implementación de la educación sexual íntegra en las escuelas.
• Contra la educación religiosa en el sistema educativo público.
• Para denunciar al gobierno de Urtubey y a la gestión de Isa, que nos desconoce a pesar de venir pidiendo reuniones desde el año 2008.
• En repudio a los crímenes de odio homo, lesbo y transfóbicos.
• En repudio a la pedofilia que encubre la jerarquía de la iglesia católica.
• En repudio a los códigos contravencionales que definen “la moral”.
• Contra la injusticia social y la reproducción sistemática de un discurso de derecha, patriarcal y siniestro.
• Contra el abuso policial.
• Contra la violencia hacia la mujer.
Por eso estamos orgullosos, de luchar por esto.

Rodrigo Teves
Prensa y Difusión de ALuDiS

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