Con las piedras que nos tiran nosotras armamos castillos
A veces la sociedad tan heterosexual en la que vivimos afecta nuestra capacidad de enfrentar la posibilidad de ser lesbiana, gay, bisexual o transgénero.
Una de las bases que sustenten este sistema social en que vivimos es la opresión de las mujeres es algo que ya viene siendo gritado desde hace años por el movimiento feminista. Hemos conseguido apenas una igualdad formal ante algunas leyes, ni siquiera ante todas, sin embargo, todavía hoy no es mayoritario el sector que reconozca nuestras reivindicaciones.
La heterosexualidad está esta normalizada y a partir de esto hacemos hincapié en el concepto de heteronormatividad significando esta que la heterosexualidad es percibida como regla, que intenta “normar” la orientación sexual de todas las personas. Se refiere a la concepción hegemónica de la heterosexualidad y a las normas que orientan cómo nos percibimos a nosotras y nosotros mismos y también acerca de cómo organizamos la sociedad y como creamos instituciones.
La heterosexualidad que sirve de modelo de relación sexual para la sociedad patriarcal esta apuntalada por la obligatoriedad, la exclusividad, por un lado. Por otro, esta concebida sobre la base del papel de opresión hacia las mujeres.
De ahí que esta sociedad no solo diga que la única manera validad de relación sexual es la heterosexualidad, si no que da a la misma un cauce de desarrollo. Planteada con más rigor la cuestión: esta sociedad patriarcal necesita una determinada manera de relación sexual para asegurar la reproducción de la especie y también asegurar la reproducción de su ordenamiento.
No cualquier heterosexualidad, si no una preferiblemente legalizada en la familia tradicional.
Una heterosexualidad acorde con el mantenimiento de la opresión de las mujeres, es decir androcéntrica, centrada en la sexualidad implicando la negación autónoma de las mujeres a favor del placer “domado” por los hombres y dependiente del mismo.
Las mujeres nos fuimos dando cuenta que nuestro problemas como mujeres no eran “no eran naturales” ni un asunto “privado”, individual, personal. Conversando unas con las otras a lo largo de nuestra historia hemos deducido que lo que nos pasaba no nos pasaba por la mala suerte personal de ella o aquella, si no por el hecho de ser mujer y porque en esta sociedad en que vivimos eso es ser mujer.
Hemos visto que era una cuestión que trascendía nuestra individualidad, que más bien era una cuestión política, la cuestión política de nuestra opresión.
Ese fue el fundamento del nuevo movimiento feminista: romper abiertamente la vieja división patriarcal entre el mundo de lo privado y de lo público, de lo privado frente a lo político´; porque era en el llamado mundo privado donde se ejercía mayoritariamente la opresión contra las mujeres.
Dentro de la familia; las relaciones sexuales, centradas en el placer del hombre y en la reproducción era un fundamento de nuestra opresión, esto puso de manifiesto el movimiento feminista y de ahí encaro la lucha por desmontar la ecuación que hacía coincidir la sexualidad con la reproducción y reivindicó la autonomía del placer de las mujeres, el derecho de poseer su propio cuerpo, el derecho a decidir su maternidad; en este marco se inscriben las luchas por los anticonceptivos y por la despenalización del aborto y de esta larga lucha que hoy un sector amplio de mujeres se plantee sus relaciones sexuales con los hombres desde una perspectiva no dependiente de la reproducción.
Dentro del mecanismo de limitaciones una de las formas limitatorias más primarias es la simple negación de que existan otras posibilidades que las que se ofrecen.Simplemente no existen. No se mencionan siquiera.
Las mujeres lesbianas no hemos existido para la historia a juzgar por lo poco que ha trascendido. Si se da por supuesto que las mujeres no tienen una sexualidad propia y autónoma, sino dependiente, de la del varón. ¿Cómo pueden existir mujeres cuya vida sexual tenga por centro otras mujeres? ¿Cómo es posible desobedecer los dictados de la naturaleza?.
El lesbianismo es tenido por una forma de desviación, vicio, perversión o pecado “contra natura”.
Negar el lesbianismo con una posibilidad y explicarlo, en el más favorable de los casos como una enfermedad y una desviación de “lo natural” ha respondido a la necesidad que ha tenido esta sociedad patriarcal de esconder el carácter impuesto, no elegido, ni natural, de su modelo de heterosexualidad.
Es por esto que a lo largo de la historia fuimos y somos invisibilidadas.
Somos consientes de lo importante que es decir “yo soy una mujer lesbiana”. Pero también estamos consientes de la falsedad de la barrera que nos “clasifica” a las mujeres como lesbianas, y a las otras como heterosexuales.
Que nos clasifiquen y nos diferencien, no por nosotras mismas, si no por otras personas, por las personas que nos relacionamos sexualmente, es algo que nos viene impuesto por la sociedad.
Y nosotras aspiramos una sociedad en la que no tenga sentido una clasificación de los seres humanos según el criterio de con quien se relacionen sexualmente; que no tenga sentido porque no aporta nada definitorio de tener una práctica heterosexual o tenerla lesbianas.
“A nadie se le debe negar el derecho de vivir en esta sociedad, con igualdad y libertad por su orientación sexual o expresión e identidad de genero.
El Estado Nacional y el de la Provincia de Salta deben garantizar políticas inclusivas, sobre todo en el sistema educativo, porque creemos que es allí, en los ámbitos educativos en las cuales se generen conciencia y eliminar contenidos discriminatorios, sexistas u homofóbicos de la currículas escolares.
Se debe trabajar por la educación sexual y por el respeto a la diversidad sexual, el hacerlo es para que cada cual aprenda a conocerse, aceptarse, y estar a gusto consigo misma o consigo mismo y estar contenta o contento de cómo es.
La diversidad sexual es un tema ante lo que es imposible permanecer neutral. De hecho con toda la educación sexual sucede igual, siempre se estará contribuyendo a dar significados. Tanto las palabras como los silencios educan, aunque como es evidente, no siempre lo hagan en la misma dirección.
El rol del estado y la influencia de la Iglesia frente a la diversidad sexual en Salta
En nuestra provincia, cabe aclarar y dar a conocer que no hubo desde el ámbito ejecutivo ni legislativo, iniciativas sociales y políticas a favor de la igualdad ni han facilitado herramientas para generar conciencia en la sociedad de que las mujeres lesbianas, bisexuales y sobre todo trans, que son el grupo social más maltratado, somos ciudadanas que trabajamos, estudiamos, pagamos impuestos, tenemos los mismos derechos.
Las mujeres trans son perseguidas en nuestra provincia por las fuerzas policiales, excluidas del sistema laboral, discriminadas y maltratadas por el sistema educativo y sobre todo son invisibilizadas a tener su derecho de identidad.
Los gobiernos anteriores y el actual se han resistido y se resisten a implementar una política de inclusión social.
En la Provincia, la exclusión que sufrimos se ve agravado por las costumbres tradicionales y la influencia de la Iglesia en cuestiones del estado. Quedando a la vista en el mes de Mayo del 2008, cuando Aludis presentó un proyecto para que se incluya dentro de la Carta Orgánica de la localidad de Cerrillos un articulado en el que se reconozca la unión civil sin distinción de sexo y de orientaciones afectivo sexual. En esa ocasión salió a declarar “el arzobispo de Salta” (en el diario el Tribuno), que avanzar en este tema implicaba el retroceso de la sociedad y atentaban contra la tradición cristiana y humanitaria de Salta, llamándonos sodomitas
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Las leyes de la igualdad
En Argentina y en otros países, el Partido Socialista, junto a las organizaciones de la sociedad civil que trabajan la temática LGBT han promovido y acompañado acciones concretas desde los ámbitos ejecutivos y legislativos en un sentido progresista.
En Rosario de Santa Fe se creó el Área de la diversidad sexual siendo el primer espacio institucional de ámbito ejecutivo en el país que tiene como objetivo promover políticas públicas activas de inclusión social hacia lesbianas, gay, bisexuales y transgénero.
En el Parlamento, legisladoras y legisladores socialistas han presentado distintas iniciativas que se detallan a continuación:
-Proyecto de ley de matrimonio para personas del mismo sexo.
-Proyecto de ley de identidad de genero, para garantizar el derecho a la identidad de travestis, transexuales y transgénero.
-Proyecto de ley para otorgar cobertura de obra social y pensión por viudez a parejas del mismo sexo.
-Proyecto de ley para eliminar la restricción de donación de sangre de varones gay.
-Inclusión de contenidos de Diversidad Sexual en la currícula de sexualidad en el sistema educativo formal.
-Programa de igualdad de trato y oportunidades para las personas LGBT.
-Inclusión de la Diversidad Sexual como causal de discriminación en la ley antidiscriminatoria.
Ante todo lo expuesto y en conmemoración de la lucha que llevamos día a día las mujeres lesbianas, travestis, bisexuales y heterosexuales exigimos que se nos garanticen nuestros derechos a la dignidad, igualdad e inclusión y no discriminación.
Por lo tanto, desde este espacio
-Instamos al Gobernador de la Provincia de Salta Dr. Juan Manuel Urtubey que adhiera a la declaración nacional de la diversidad sexual que promueve la Federación Argentina de lesbianas, gays, bisexuales y trans.
-Que el día 17 de Mayo sea declarado día de lucha contra la homofobia, la lesbofobia y la transfobia.
-Creación de la secretaría de la Diversidad Sexual en el ámbito provincial y municipal de Salta.
-Creación de la comisión de diversidad sexual en el ámbito de la legislatura provincial, y la creación de la comisión de diversidad sexual en el ámbito del Consejo Deliberante de la Provincia de Salta.
-Promover la no discriminación por orientación sexual e identidad de género en el ámbito laboral.
ALuDiS
Asociación en Lucha por la Diversidad Sexual
Por la inclusión Social de lesbianas, gays, bisexuales y trans
Y
Grupo de Lesbianas, gays, bisexuales y trans del Partido SocialistaGabriela Veleizan (Sec. Area de la Mujer) cel. 0387-156853362